lunes, 1 de febrero de 2010
Freud por favor...
Mis sueños, como debe ser, son bastante extraños. Por suerte puedo recordarlos con facilidad. Durante mis vacaciones, se apareció en uno el comediante Tandarica. Yo estaba sentado en una roca hasta que el ucraniano surgió de la nada, vestido de mozo, con su bandeja en la mano, obviamente de curda, y comenzó a tirar todo a su alrededor. Fue el último sueño antes de despertarme. Recibí el día riendo.
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Qué buena onda ese viejo tropezando todo el tiempo!
ResponderEliminarUn capo, lo más cercano que tuvimos por acá a Buster Keaton
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