viernes, 27 de julio de 2012

Cuidemos el neologismo

Cuidemos los neologismos, no hay que usarlos porque sí, los neologismos son algo lindo, no hay que abusar de ellos. 

martes, 24 de julio de 2012

Groucho Vs. Wilde

Ayer vi flores caer. Se pudrirán porque no las levanté.

miércoles, 18 de julio de 2012

Es sólo rock & roll y diplomacia

MUSICA › A CINCUENTA AÑOS DEL DEBUT DE LOS ROLLING STONES

Sólo rock & roll y diplomacia

En la embajada británica se realizó un evento para conmemorar el aniversario del primer show de la banda. Una muestra de fotos de Michael Cooper y una videoconferencia con el creador de Glastonbury fueron el mascarón de proa para promover la marca británica. 

Por Federico Lisica

A cincuenta años del primer show de los Rolling Stones, la autotitulada “capital mundial stone”, se sumó oficialmente a los festejos de oro que comenzaron el pasado jueves y culminarían con un nuevo tour en el 2013. El evento fue organizado ayer al mediodía por la embajada británica en Buenos Aires. Y si parece algo inusual para la conmemoración de un hecho ligado a la cultura rock, cabe preguntarse si no es más extraña la “simbiosis” entre una banda cuyo bautismo fue en el Marquee Club londinense medio siglo atrás y lo generado desde entonces a más de 11 mil kilómetros de distancia.
Dicho de otra forma, el único flequillo con jardinero de jean que pudo verse en la embajada apareció en un “video tributo” de la banda hacia Buenos Aires. Entre imágenes del frenesí desatado durante sus tres visitas al país (y los doce recitales en el estadio de River), Charlie Watts expresa que lo vivido aquí fue “absolutamente enfermizo”. “Buenos Aires es diferente”, agrega diplomáticamente Mick Jagger. Mientras que una frase de Keith Richards (“la audiencia es tan entusiasta, pueden morir y pareciera no importarles”) agrega un matiz doloroso por lo sucedido un año antes de su último show en la Argentina, en febrero de 2006. Otras secuencias del corto sobresalen y conmueven: la felicidad del público atravesada por la maquinaria más duradera, icónica y exitosa que ha parido el rock (por este mes podrá verse en el sitio web de la embajada).
El encuentro se llevó a cabo en la residencia diplomática situada en Recoleta, más específicamente en el microbarrio La Isla. Nombre exacto para los fines de la recepción; en palabras del propio embajador John Freeman, el cumpleaños de Los Rolling Stones sirvió de “pretexto” para promover a la música británica en su conjunto. Music is Great (Britain) es el nombre de la campaña que aglutina una serie de recitales, encuentros comerciales y concursos planificados para el resto del 2012, y que incluyen a la Argentina. Algunos datos: el Reino Unido es el cuarto mercado más importante de la industria musical global, sólo por detrás de Estados Unidos, Japón y Alemania, y constituye una de sus principales exportaciones: genera cerca de dos mil millones de dólares anuales.
Entre tapices y alfombras con leones, cuadros de Isabel II y un largo piano de cola preparado para la ocasión con fotos de Jagger y Richards en Buenos Aires, surgió desde una pantalla Michael Eavis. En la videoconferencia, el creador del Festival de Glastonbury (que se emplaza en el medio de la campiña inglesa), lamentó que Los Rolling Stones nunca hubiesen tocado allí y dejó entrever que hubo negociaciones para que lo hagan en el 2013. Con toda su bonhomía y sencillez de hombre de campo, habló de vacas y acres (una de las tradiciones es que cada banda que toca en el “Glasto” se lleva un queso artesanal) pero también de los cambios en el negocio de la música y de rock: “Diría que mi show favorito fue el de The Smiths a mediados de los ’80; en la primera edición, en 1970, estuvo Marc Bolan y fue genial; Radiohead, Coldplay y Oasis han sido asombrosos también; pero aquí hay espacio para música folklórica irlandesa, tocan en unas colinas y le dan esa sustancia simple y fundamental al festival”.
Otro atractivo de la jornada fue la selección de fotos de Michael Cooper, quien tomó cerca de 3500 imágenes de la banda en sus primeros años. Entre los veinte retratos estaba la célebre “Once Manos”, la cubierta de Their Satanic Majesties Request y otras de entrecasa, como una en la que Marianne Faithfull y Mick Jagger juegan con el propio vástago de Cooper. “Michael sólo sacaba fotos. Hacía eso. Estar cerca de nosotros y ser además la única persona que yo soportaba allí era algo completamente natural para él. Siempre fue un tipo increíble.”, señaló Keith Richards en el prólogo del libro Early Stones, publicado por Planeta algunos meses atrás. Tras la muerte del fotógrafo en 1973, su hijo Adam es quien se ocupa del legado. También presente en el evento (y como no podía ser de otro modo, casado con una argentina) aseguró que esas fotos fueron la antesala de una exhibición a realizarse a fin de año en el Centro Cultural Borges.

Un grupo muy diferente
Sucedió el 12 de julio de 1962: Mick Jagger y Keith Richards –a poco de abandonar las carreras de Economía y Artes, respectivamente– subieron al escenario de un local de jazz junto a Brian Jones en guitarra, Dick Taylor al bajo e Ian Stewart al piano. Quien se encargó de la batería sigue siendo materia de debate, en parte porque se señala a Tony Chapman, mientras que Richards insistió en su biografía Life que en realidad fue su amigo Mick Avory, luego baterista de The Kinks. Se llamaban distinto (eran los Rollin’ Stones), los habían contratado de improviso y no tenían ni un tema propio (tocaron 18 temas de blues de Muddy Waters y Robert Johnson, entre otros). “Es algo increíble cuando te ponés a pensarlo –le dijo el cantante a la Rolling Stone–. Fue hace tanto tiempo... Algunos todavía estamos, pero es un grupo muy diferente al que tocó 50 años atrás.” El otro Stone que persiste es, obviamente, Keith Richards, quien también tuvo sus palabras sobre aquel acontecimiento memorable: “Nadie se imaginaba nada de esto. Especialmente en aquellos días, una banda cuando mucho duraba dos o tres años, esperabas pasar un buen rato y eso era todo”, expresó a la BBC.
En la galería de arte londinense Sommerset House, donde se realiza una exhibición de la trayectoria del grupo (The Rolling Stones: 50), el pasado jueves se reunió toda la troupe stone. No se encontraron donde quedaba el Marquee Club original, porque –paradojas al margen– ahora hay allí una sucursal del banco Santander. Desde la cuenta de twitter @RollingStones se siguen reenviando imágenes de fans de todo el mundo a raíz del jubileo rockero, sumándose así a especiales de TV, libros y demás. Por otra parte, la banda coqueteó con un posible show de cierre en los próximos Juegos Olímpicos y dejó la puerta abierta para una nueva (¿última?) gira en el 2013. “Yo creo que sí, que finalmente la harán. No será un tour de dos años, pero elegirán ciudades especiales para su historia, y Buenos Aires estará en la lista”, le dijo un emocionado Adam Cooper a Página/12.

sábado, 14 de julio de 2012

Escenas de películas que recuerdo no sé muy bien por qué

Arturo Maly está garcando en un baño, alguien le tira desde una ventanita arriba del inodoro una granada. La granada explota y él muere. 
La escena es de "No habrá más penas ni olvidos"; algo así como "12 hombres en pugna" pero con tiros en Colonia Vela, el pueblo más horrible y verídico de toda la Argentina inventado por Osvaldo Soriano.

martes, 10 de julio de 2012

Prefiero el sonido del silencio

A escuchar a un niño que llora: pero guarda, me refiero a uno maleducado; los otros te sumen en una melancolía tierna y pasajera.

domingo, 1 de julio de 2012

No Future III

Estas son otras preguntas que le hice a Thomas Frank para esta nota del Suple No y que no salieron en el artículo

-¿Por qué la relación entre contracultura y publicidad ha sido tan fructífera?
-Es que la contracultura ha sido la misma desde entonces, sea producida por un tipo en su garage o por Disney: ha seguido el mismo patrón. La industria publicitaria, en cambio, la cooptó.
-¿Abrazar los conceptos de la contracultura fue el último gran avance de la publicidad?
-La publicidad, pese a que se reforma constantemente, se mueve entre dos polos. La venta dura y la creatividad. Uno sería: “Este kétchup tiene un sabor mejorado científicamente”. La otra: “Este kétchup sos vos”. Lo que se mantiene permanente es la idea de ser “rebelde”, “sé vos mismo”, “la nueva revolución”, la misma porquería de siempre. Es bastante aburrido si te lo ponés a pensar.
-¿Es cierto que quisiste reeditar el libro al cumplirse 10 años de su primera edición?
-Sí. En el 2007 tuve ganas de hacer una reedición con más entrevistas a publicitarios, investigar más, pero el furor por esa serie de televisión, me hizo desechar de la idea. ¡El otro día vi un libro de publicidad basado en Mad Men! ¡Me puso como loco!  
-¿Qué aspectos de los ’60 quedaron por fuera del discurso “oficial”?
-Investigué muchísimo sobre el movimiento sindical de esa época, que tuvo avances notables, es de las mejores herencias que tenemos, pero nadie los recuerda, está desapareciendo frente a nuestros ojos. Es algo horrible de ver. No hay nostalgia por el movimiento sindical. En una época los estadounidenses participaban de la toma de decisiones económicas. Hoy ya no. Lo hacen todo los capitanes de la industria, Wall Street, los lobistas...
-¿Considerás que el idealismo de la primera campaña de Obama -su mejor ejemplo fue el poster ‘Hope’ de Shepard Fairey- se puede relacionar con esa nostalgia de los ’60?, ¿cómo es la situación en un año presidencial?
-El idealismo se ha ido. Yo probablemente sea un buen ejemplo de ello. Realmente perdí la fe en él. Obviamente lo voy a votar porque no quiero que vuelvan los republicanos. Tenía el mundo a sus pies en el 2008 y eligió esencialmente hacer muy poco. Podría haber reformulado la economía del país y no lo hizo.