domingo, 1 de julio de 2012

No Future III

Estas son otras preguntas que le hice a Thomas Frank para esta nota del Suple No y que no salieron en el artículo

-¿Por qué la relación entre contracultura y publicidad ha sido tan fructífera?
-Es que la contracultura ha sido la misma desde entonces, sea producida por un tipo en su garage o por Disney: ha seguido el mismo patrón. La industria publicitaria, en cambio, la cooptó.
-¿Abrazar los conceptos de la contracultura fue el último gran avance de la publicidad?
-La publicidad, pese a que se reforma constantemente, se mueve entre dos polos. La venta dura y la creatividad. Uno sería: “Este kétchup tiene un sabor mejorado científicamente”. La otra: “Este kétchup sos vos”. Lo que se mantiene permanente es la idea de ser “rebelde”, “sé vos mismo”, “la nueva revolución”, la misma porquería de siempre. Es bastante aburrido si te lo ponés a pensar.
-¿Es cierto que quisiste reeditar el libro al cumplirse 10 años de su primera edición?
-Sí. En el 2007 tuve ganas de hacer una reedición con más entrevistas a publicitarios, investigar más, pero el furor por esa serie de televisión, me hizo desechar de la idea. ¡El otro día vi un libro de publicidad basado en Mad Men! ¡Me puso como loco!  
-¿Qué aspectos de los ’60 quedaron por fuera del discurso “oficial”?
-Investigué muchísimo sobre el movimiento sindical de esa época, que tuvo avances notables, es de las mejores herencias que tenemos, pero nadie los recuerda, está desapareciendo frente a nuestros ojos. Es algo horrible de ver. No hay nostalgia por el movimiento sindical. En una época los estadounidenses participaban de la toma de decisiones económicas. Hoy ya no. Lo hacen todo los capitanes de la industria, Wall Street, los lobistas...
-¿Considerás que el idealismo de la primera campaña de Obama -su mejor ejemplo fue el poster ‘Hope’ de Shepard Fairey- se puede relacionar con esa nostalgia de los ’60?, ¿cómo es la situación en un año presidencial?
-El idealismo se ha ido. Yo probablemente sea un buen ejemplo de ello. Realmente perdí la fe en él. Obviamente lo voy a votar porque no quiero que vuelvan los republicanos. Tenía el mundo a sus pies en el 2008 y eligió esencialmente hacer muy poco. Podría haber reformulado la economía del país y no lo hizo.

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