sábado, 30 de junio de 2012

No future II


Estas son otras preguntas que le hice a Simon Reynolds para la entrevista del Suple NO y que no salieron en el artículo.


-¿Cuánto tiene que ver el nuevo valor de la música -gratuito en la mayoría de los casos por el download- en esta experiencia con la música?
-La izquierda abrazó la desmercantilización porque pensó que afectaba a las grandes corporaciones, la idea de que la música dejaba de ser mercancía. Lo irónico es que esto no afecta tanto a los grandes como a los sellos más pequeños. De joven, comprarse un disco era una decisión muy grande, y te asegurabas que ibas a escucharlo. La desmercantilización lleva a que la música sea menos producto, menos sagrada, a veces se acerca a la nada misma. 
-En Argentina se emite Peter Capusotto y sus videos, un programa de TV donde el humor usa el discurso del rock. Se llegó a afirmar que este programa era lo más importante que le había sucedido al rock en los últimos años. No hablamos de un disco, ni de un músico sino de un programa de TV. También pasa con la publicidad, las películas de Jack Black o incluso libros como el tuyo que analizan el rock. El rock no sólo se ha adecuado a diversas formas de consumo sino que sus mensajes más incisivos parecen provenir por fuera de la música. ¿Todo el rock es hoy meta rock? 
-Mucha música hoy puede ser oída como parodia pero sin el humor. Se copia el estilo pero no para hacer gracia. Programas como The Mighty Boosh o Flight of the Conchords, en cambio, son parte de una parodia distinta. Lo retro se vuelve gracioso sin el problema de lo anticuado. Pienso en Neil Innes, un músico ligado a los Monty Python y que trabajó con ellos en The Ruttles. Es buen músico pero no sé si es muy creativo. Como crítica, puede decirse que el humor te permite eso: no ser muy creativo.
-Cuando el CBGB cerró sus puertas, Patty Smith dijo algo así cómo “no se preocupen por el CBGB creen sus nuevos CBGB, ¿se ha perdido esa urgencia?
-Creo que hay gente con muchas ideas creativas hoy en día, el punto es que no te podés proponer ser el nuevo CBGB. Se tienen que dar un montón de factores: La gente, el espacio, las bandas con material excitante. Debe haber nuevos CBGB por ahí creándose.
-Decís que te hubiera gustado trabajar más sobre la diferencia entre lo original y la  innovación, ¿podés adelantar algo?
-Original significa que no hay nadie como vos, en la innovación podés copiar a alguien y hacer algo distinto. Cuando en la escena tecno se comenzó a copiar al sonido de Chicago no se estaba siendo original, pero comparado con el resto de la música era muy innovador. Podés no ser original y ser innovador. Está bastante relacionado con la tecnología, tal vez no totalmente, pero en un punto se entrecruzan. Lo más innovador de los Beatles fue ‘Tomorow Never Knows’ o ‘Strawberry Fields For Ever’. Sin la tecnología solo hubiesen entregado canciones como ‘Yellow Submarine’, mucho más clásicas. Lo original tiene más que ver con tu personalidad, con tus propias marcas, Van Morrison con su voz es original. Es una visión original pero no necesariamente innovadora.
-En Después del rock cerrás con la siguiente idea: “Tal vez es tiempo de que Occidente descanse”. ¿Se relaciona esta idea con la retromanía? ¿Creés que con el cambio sociopolítico que se está percibiendo en el mundo -el avance del BRIC por ejemplo- haya lugar para un cambio en la música?
-Hay que tener en cuenta que cuando surgió el rock en Occidente, había muchos sectores jóvenes, prosperidad económica y los medios masivos chocando contra los valores tradicionales. En este sentido, la música pop coreana por ejemplo, no es algo nuevo, repite los códigos del pop occidental. Todavía no se ve ese surgimiento, pero seguramente haya uno.

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