miércoles, 16 de junio de 2010

Duda existencial (y mundial)

Es natural que uno se alegre por la victoria del más débil. Aunque de ahí a alabar el planteo hiper amarrete de Suiza contra España hay una enormidad (el tamaño de la entrada al castillo de Grayskull sería una buena metáfora). Lo mejor de la derrota de los ibéricos es que seguramente se encuentren con Brasil en octavos. Un cuco menos para la celeste y blanca. 

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