"Abel oteaba la tapa de la pava. No le sacaría un ojo de encima hasta que comenzara a moverse de un lado hacia otro, acompañada por el chiflido que permite establecer la demarcación exacta entre un mate bien hecho y un litro y medio de agua que irá a parar a las tuberías".
Comienzo de un cuento que encontré al revisar una carpeta de mi PC. Está sin terminar.
La pava que me imaginé era así...
martes, 15 de septiembre de 2009
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Es como la de mi viejo.
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