martes, 15 de marzo de 2011

Reflexiones sobre 'Fase 7' y 'El Hombre de al lado'

Tras haber visto 'Fase 7' y 'El hombre de al lado'. Pregunto: ¿Es casual que en tiempos de recomposición social el cine empiece a mostrar al otro como un sujeto que despierta fascinación en la clase media? ¿Los personajes de Yayo y Daniel Aráoz -respectivamente- marcan una encrucijada con retratos menos condescendientes y más viscerales del pueblo? 'Pizza, Birra y Faso', 'Buena Vida Delivery', 'El Bonaerense', 'Mundo Grúa', 'Un oso rojo', 'El camino del Diego' -por nombrar sólo algunas películas del NCA- fueron hijas del menemismo. La nueva cinematografía, acaso, lo sea del kirchnerismo. Algunas puntas para lanzar el debate:

-El ex buen salvaje ya no anda medigueando, dando pena, escamoteando ni robando para morfar: Es un trabajador del interior. Y además intimida. Aterroriza a quién venga y de dónde venga.


-Nuestro intermediario es un papanatas dubitativo y/o snob.

-El laburante, en cambio, tiene plata, no pide por favor: actúa, palo y a la bolsa, te putea, después te regala una obra de arte ("¡Es una concha!") y es de armas tomar. El ascenso social implica, para quien lleva la mirada, miedo por perder lo propio. Todos sus sentidos (el gusto, el sexual, el material, el espacio) se ven amenzados.

-Ese peligro lleva a que el burgués asustado muestre los dientes.

-Para retratarlos los directores se alejan del documentalismo propio del NCA y utilizan el humor negro, el terror, el suspenso.

-La relación amor-odio por el distinto tiene sus antecedentes literarios-llamémosle clásicos- con  'Las puertas del cielo' de Cortázar y Borges con  'La fiesta del Monstruo'. El más inteligente y piola de todos fue Germán Rozenmacher con 'Cabecita Negra'. Hoy, vale decir, la literatura está más amiga de describir ese mundo desde lo popular (Incardona, Cucurto, Casas). El cine, en cambio, todavía necesita de mediadores.

-Al menos en mi recuerdo, la única película local que se animó a mostrar la guerra de "pobres contra pobres" en clave cómica fue 'El arreglo' de Fernando Ayala (1983). Ahí nuestros ojos son siempre de clase popular.

Post scríptum

-El lazo con las películas del NCA (menemista), sin embargo, se mantiene en un punto no menor: El patetismo del que está un poco más arriba en la escala social eleva al que está abajo. Me parece que fue Octavio Getino quien destripó ese uso con su crítica a una escena de 'Un oso rojo'. El personaje de Julio Chávez le chorea a un yuppie que lo trató mal en un teléfono público. O sea, para justificar acciones chotas se muestra lo peor del "clasemediero". Podríamos sumar a Lucrecia Martel con su clase alta provincial en decadencia. Igualmente, considero que el humor de 'Fase 7' y 'El hombre de al lado' vuelven ese uso un poco más entendible. Salvo, y esto es completamente subjetivo, el final de la peli de Cohn y Duprat que a mi entender queda desfasado con el tono general del relato.

2 comentarios:

  1. Había dejado un comentario pero se ve que no. Decía que me gustó mucho el post, que no vi Faso 7 pero le tengo ganas y que Aráoz, junto a mi amiga Eugenia Alonso, la mujer de Spree en la peli, fue lo que más me gustó de 'El hombre...'

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